Estas son las memorias que debería tener todo cinéfilo. Los cuatro magníficos de Malpaso:
Terry Gilliam, un caballero con la cabeza estrellada
Roman Polanski, un superviviente por antonomasia
Entrar de visita en diferido en una cárcel o codearse con un submundo a través de la pantalla de protección de un libro o el plasma es algo que a cualquiera le suscita cierto morbo. Solo hay que echar un vistazo a la cantidad de productos relacionados que surgen cada año. Series como las míticas The wire, Los Soprano, Oz, Prison break, Breaking bad; las cintas celda 211, Convicto, Cadena perpetua, Una oración antes del amanecer o publicaciones como Mafia Life, Malerba, Tibu. Memorias de un mánager o Cadencia de estornino editados en nuestros sellos. La oscuridad también atrae, lo que está al otro lado, especialmente si el que actúa de cicerone narrativo te guía por unos escenarios que poco a poco van dejando de parecer parte de un parque temático y se van convirtiendo en tu realidad. Maurizio Torchio lo logra a través de una narración sencilla y espeluznantemente serena, tal y como lo ve. Narrador testigo a veces, otras se la juega a ser dios y opta por una suerte de omnisciencia bastante convincente que te hará preguntarte si no estará también leyendo tu mente mientras le sigues.