Todo es personal de Malú Huacuja del Toro

Todo es personal – Malú Huacuja del Toro es un thriller con giros radicales e inesperados sobre la escena social de México. Una novela negra personal, divertida y cruda que rehúye los lugares comunes de género.

Una obra que incide de manera crítica en la compleja realidad mexicana: la corrupción de las élites y de los cuerpos de seguridad del Estado, los feminicidios, la violencia del narco…

Descubre la novela de Malu Huacuja del Toro, Todo es personal

Ácidas críticas al mainstream farandulero
Quien quiere terminar con las narcotelenovelas

Valoración usuarios:

 4.5/5

Ácidas críticas al mainstream farandulero

Todo es personal parece producto de un cruce entre una Agatha Christie que domina la parafernalia cibernética, una Diane Wei Liang, cuyos misterios se insertan de manera espontánea y no exenta de ironía en la vida política, telenovelera y social de un país, y una Gillian Flynn creadora de atormentados y apasionantes personajes femeninos que suelen correr desesperadamente. Ironiza, asimismo, con el patrón narrativo de las series del género al que vivisecciona en esta (no tan ficticia) ficción, tanto en el sentido estético como en lo moral.

El asesinato del llamado «Zar de las Narcotelenovelas», Santiago Parral, abre una cloaca que engulle a todo un país, incluidas personas inocentes que parecieran por completo ajenas a la producción de la ambiciosa serie «El Jefe», taimada hagiografía de un notorio capo cuyas “actividades” trascienden el tráfico de drogas y que en la serie son representadas como grandes hazañas, sin que se le cuestione por ello. “La banalización del mal”, sobre la que tan lucidamente disertó Hannah Arendt para explicar el carácter burocrático del genocidio judío, aplicada a la dinámica narrativa; recargada, re-banalizada y vuelta espectáculo de masas, ante la complacencia del gobierno que afirma combatir frontalmente lo que allí se romantiza.

Además de ácida e inteligente crítica al “fenómeno” de las narcotelenovelas que tan exitosamente han reemplazado a los “prohibidos” narcocorridos, en su afán por narrar las entretelas del narcotráfico y r e presentarlo como un estilo de vida ideal, aventurero y, ante todo, épico, Todo es personal nos permite amplioacceso a los sets, la utilería, el maquillaje y los efectos especiales detrás de esa suerte de metaficción glamurizada que se desarrolla en paralelo a genuinos actos terroristas que afectan a los ciudadanos de a pie que, oh ironía, componen el público cautivo de estas mismas series, lo que inspira a la autora a proponer una tesis de “víctimas subyugadas”.

«Carlos Rosas sabía mejor que nadie que era imposible que ese crimen tuviera algo que ver con los narcotraficantes que operaban en la Ciudad de México bajo el manto de las autoridades, pues esa protección se hacía extensiva a sus localizaciones y sesiones de grabación. Como mucho, y con gran imaginación, podía pensarse que era el ataque de un cártel rival al de la capital del país. Pero, en ese muy hipotético caso, ¿por qué hacerlo de manera tan discreta, sin grandes balaceras ni cadáveres colgados de barandales y narcomantas, como solían hacer las pandillas que peleaban por un territorio?»

Quien quiere terminar con las narcotelenovelas

Entre la noticia que acapara titulares internacionales, con solo dos improbables sospechosos en la mira, desfilan inolvidables personajes femeninos: la esposa de un pintor frustrado y narcomenudista, que saca adelante a su familia a través del infame troleo por internet; la madre vengadora de una hija víctima de feminicidio; la heredera del occiso, condicionada a ser actriz y desperdiciar sus verdaderos talentos, inminentemente administrativos; una cantante prodigiosa, sin control sobre su vida, convertida en culebrón de la vida real bajo la furtiva dirección del llamado Zar.

En medio de súbitos giros en la trama y en el desarrollo de los personajes, el lector se verá carcajeándose un minuto para, al siguiente, empatizar con su dolor e indignación, al grado de sentirse asimismo embaucado y hasta burlado por quienes le procuran “entretenimiento” a un costo demasiado alto. Altamente recomendable para amantes de la acción y las encrucijadas policiales, en especial si se reconocen aficionados a las leyendas, aventuras y amoríos de atractivos Señores en los Cielos… este material puede convencerlos, sin grandes alharacas y fuertes dosis de humor negro, de modificar sus gustos.

Y una cosa es segura: las motivaciones de un asesino pueden ser insospechadas hasta para él mismo.

«El productor no estaba menos perplejo que cualquiera de sus subalternos, pero le correspondía reaccionar ante el cúmulo de repercusiones políticas que tenía ese asesinato. Como cotidianamente sucede en el mundo de los poderosos en México, lo primero que tenía que hacer era ocultar lo sucedido. Lo segundo, contar a los medios de desinformación y a las redes antisociales una mentira».